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En el sacro está el secreto

sacro

A vueltas con mi señora espalda, que se merece que la trate de usted por la guerra que da la jodía, resulta que ayer una doctora dio con mi problema exacto: Mi sacro.

El sacro es el hueso triangular que empieza encima del culo, el final de la espalda, y de ahí parten todas las ferias dolorísticas de mis caderas. Ha sido como descubrir cómo se llama esa mamá del cole con la que llevas hablando tanto tiempo que ya te da palo preguntarle «¿cómo te llamas?». Pues eso. Sabiendo el origen se acabaron las pastillas y comienza mi rehabilitación.

Efectivamente el yoga y los estiramientos mejoran mucho las molestias y es que el hueso en cuestión tiene unas ganas locas de volver a su sitio. Ya lo tenía un poco mal gracias al patinaje que practiqué desde los seis hasta los 15 años y las constantes caídas de culo. Luego con la pértiga tampoco es que le viniera muy bien, pero la maravilla que es el cuerpo infantil y adolescente no sacó a relucir mucho los dolores hasta que me quedé embarazada por primera vez.

Ahí muchas veces te queda tocado, la columna se mueve para adaptarse a esa postura sexy que nos caracteriza cuando estamos embarazadas. Y yo que le decía a papi: juraría que me he quedado sin culo después de tener a las nenas. A veces el sacro no vuelve por si solo a su sitio gracias a que las mamis nos sobrecargamos.

Y mis dos años de bulerías caderiles se deben a que durante el parto de Vera, a pelo y tumbada, mi pelvis se adaptó a poder parir tumbada (a parte del embarazo) y ahí se quedó el pobre hueso, mirando un poco a Parla. Cada doctor varón que me vió consideró normal todo y me han dicho en numerosas ocasiones que tengo la sobrecarga normal de una madre de dos niñas que se llevan poco.

Y viene una señora, a la que no tendré días en la vida para agradecerle, a decirme: «Sí, si normal es que se mueva, pero luego si las cosas no vuelven a su sitio habrá que arreglarlas. Con estos inventos masculinos de parir tumbadas pues luego nos pasa que nos pasamos el resto de la vida sufriendo lumbalgias y ciáticas que con ejercicio y estiramientos se soluciona, pero te tienen que decir que necesitas que tus huesos tienen que volver a su sitio.»

Así que se acaban las pastillas y las trocanteritis recurrentes. Si todavía hay alguna mamá con dolores de cadera y de espalda constantes… ¡miraros el sacro! Que igual por ahí van los tiros. Felicidad de haber encontrado la respuesta y saber que puedo volver a correr cuando termine de colocar mis huesos en su sitio.

Y como mañana es viernes, pues que tengáis un final de semana genial, disfrutad del fresquito que nos deja la lluvia y ¡a ser felices! Besitos 🙂

Pánico escénico

panico escenico

Este último año parece que he tenido que enfrentar todos los miedos habidos y por haber. He trabajado de comercial con taconazos, he organizado eventos que han salido bien, he emprendido y me he sentido fracasada. He aprendido de ello. En este último año la he cagado tanto, tanto, que estoy en la puerta de los treinta con las cosas más claras que nunca.

En mi búsqueda de una vía de escape a mi rutina, hijas, marido, curros, los problemas diarios… Me encontré con que habíamos formado un grupo para versionear y que a día de hoy tiene temas propios. Temas a los que he puesto letra y otros que han salido íntegros de mi cabeza. Y que no tenían ninguna finalidad más que entretenernos a nosotras.

Acabé berreando en algunos de ellos. Pero esto era para nosotras y algunos visitantes esporádicos, sin pretensión de salir del local de ensayo. Hoy estoy a tres días de subir a un escenario por primera vez (pequeño y cutre, todo sea dicho) en un minifestival de locales que se organiza en mi ciudad. Estoy acojonada. Me da miedo quedarme en blanco, me da miedo que se desafine la guitarra, me da miedo hacer el ridículo… me acojona sobremanera cantar delante de la gente.

Es algo que me queda por hacer antes de cumplir los 30. Y en realidad pienso que no es tan importante todo eso a lo que tengo miedo. Que es absurdo dejar de jugar sólo por hacernos adultos. Porque el disfrutar con algo que haces, que sale de ti y que compartes con otras cinco personas es muy guay. Y si nosotras nos lo pasamos bien, alguien se lo pasará bien también, aunque sea echándose unas risas a costa de la zumbada esa que pega gritos en el escenario.

He decidido vencer mi pánico escénico, subir a jugar y no juzgarme, porque creo que es mucho más difícil hacer lo que hago cada día como madre, que subir a hacer el canelo delante de 100 personas. Así que si llueve el sábado por el centro de la península… ya sabéis quién es la culpable: La guitarra2 de Las Veroño y segunda vocal (el nombre del grupo está por perfilar, jajaja,  Doña Veroña ya quedó descartado).

Este fin de semana enfrento mi miedo a hacer el ridículo. Marido va a afrontar su miedo a las alturas en un finde de escalada. El juego libre es tan sano para los pitufos como para los adultos. Y vosotros ¿seguís jugando? ¿Qué hacéis con vuestros frenos?

Ánimo, ¡que ya estamos a mitad de semana! Besitos 🙂

Cumple de «piratas»

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Ausencia prolongada por agotamiento. Esta es mi excusa 😉 . La semana pasada en tres días organicé el cumple de Nora y una amiga para toda la clase, así que no tuve tiempo ni de respirar. En un principio era un cumple pirata y a petición de las cumpleañeras en el último momento se convirtió en «Hadas y Piratas».

El sitio fue el mismo que el año pasado. Este año, teniendo en cuenta que invitábamos a toda la clase y que contaba con tres días, lo hice bastante más sencillo. Me gusta el emplazamiento porque es una pradera con árboles, sin peligro y los niños tienen absoluta libertad para moverse y los papás tienen la tranquilidad de tenerlos a la vista en todo momento.

Esa misma mañana preparé las bolsas de chuches e hice unos carteles (muy cutres, todo hay que decirlo) con cartulina negra y eding blanco, para señalizar:

1. Las bebidas para padres

2. El tesoro pirata. (Seasé, las bolsas de chuches)

3. El puesto de tatuajes (y pintacaras) para hadas y piratas.

Mi lista para organizarnos y no pasarnos de presupuesto (por si a alguien le sirve 😉 ):

Tema Piratas: cada niño trae su disfraz (si quiere)

Bebidas: Agua y zumos para niños. Cervezas y Sandis para padres (y una botella de cola)

Para comer: Pizza (aunque se enfríe sigue estando buena) (6)

Salados: Patatas, nachos y coctail

Fruta: Sandía

Decoración: Dos guirnaldas de banderolas (7 metros) 2.30 euros

Guirnalda de papel calaveras y colores: 1.00 euro

Globos: 1´50

Cuerda de pita (para bolsas de chuches y deco): 1.50 euros

Dos manteles de papel 3 euros

Cajas de madera: colaboración de un frutero majo.

Parches pirata: 0´75 el paquete de 20

Chuches: 4 bolsas (de kilo) 2 euros cada una y cuatro paquetes de chocolatinas.

Bolsas Craft: 25 cts cada una

Pinturas de pintacaras (que ya tenía) con una consigna: no se hacen dos dibujos iguales.

collagepiratas

La mesa, como siempre, dos manteles de papel en el suelo. Como atrezzo utilizamos cajas de frutas y de merienda pizza, zumos, agua, sandía en su cáscara y guarrerías varias extendidas por la «mesa». También pusimos una cortina de globos, sin ninguna función aparente, que los niños transformaron en algo así como un juego en el que luchaban contra un pulpo.

Y el resumen es que se lo pasaron pipa, sin juego dirigido, que es lo que menos me gusta de los parques de bolas (soy consciente de que los cumples de invierno no tienen la ventaja de poder celebrarlo en el campito). Los padres disfrutaron de una charla relajada mientras los niños jugaban. Y es que cuando no hay cosas de por medio, difícilmente hay disputas entre ellos. Así que todo el trabajo mereció mucho la pena.

Las dos se lo pasaron pipa. Ninguna de las dos disfruta mucho siendo el centro de demasiadas miradas, así que los regalitos se los dimos en casa.
Las dos se lo pasaron pipa. Ninguna de las dos disfruta mucho siendo el centro de demasiadas miradas, así que los regalitos se los dimos en casa.

A pesar de haber sido un «curte cumple», salió muy bien y cumpleañeras e invitados se fueron contentos. Yo me «disfracé» de pirata y estuve como una hora pintando caras y tatuajes a las hadas y piratas que corrían con sobredosis de azúcar por la pradera:

-Nora, ¿qué te parece mi disfraz?

-Mamá, vas como siempre. – Es especialista en dejarte de piedra pómez, jajajaja. Juro que yo no voy así, sí que me pongo ese pañuelo en verano, pero coño, no voy disfrazada de pirata por el mundo, jajaja.

Un besete y que tengáis una feliz y relajada semana. 🙂 ¡Besitos!

En equipo o la muerte

aprendiendo

Hoy vengo a quitarme la capa de súper heroína para dejar patente que es tremendamente jodido difícil deshacerse de los automáticos. Calvosepsi, que esta semana es papiparaelrastrojo, y yo estamos agotados. La contención que tienes que hacer para quitar automáticos, dejarlas hacer las cosas a ellas solas y acompañarlas en el llanto después de poner un límite es AGOTADOR. Serán 20-30 límites al día.

Para mi esto tiene un puntito de satisfacción porque hasta hace más bien poco la que leía y ponía en práctica era yo,  luego venía papichulo a joribiarme todo el trabajo. Hasta que que me negué a hacerle más resúmenes y me puse chunga, pero que mucho: Esto es agotador para mi, si vienes los fines de semana y rompes mi trabajo al final cojo la puerta… más por desesperación que por otra cosa.

No es que yo le haya metido nada en la cabeza, lo que yo quería era que él tuviese formación de primera mano, que viviese su proceso y eligiera su manera de hacer las cosas por iniciativa propia. Que hay veces que cuando eres madre, el compañero se vuelve un poco otro hijo. Y yo, por ahí no paso.

Total, después de tres formaciones y asistencia a varias charlas, conocer a otros papis que también encontraron otra manera de hacer las cosas, reírse mucho de haber pasado todos por ese «eso es cosa de hippies y perroflautas», llegó a su propia conclusión.

Es algo muy bonito, pero es el principio de un proceso de desaprendizaje muy duro para alguien que ha tenido una educación muy bancaria (esto es que todo le ha llegado dado de fuera) y autoritaria. Ojo, que el autoritarismo no está exento de amor, siempre digo que un padre, del tipo que sea quiere a sus hijos por encima de todo y hace lo que cree mejor para ellos.

Así que nos plantamos en la primera semana después de la última formación y a las 21.30, botellín en mano, miramos al infinito reconociendo el agotamiento emocional tan brutal que tenemos los dos. Pero al final, al ver como evolucionan ellas, cómo van dejando de preguntar tanto y hacen más. Al ver crecer su confianza al hacer las cosas, cómo se abstraen en el juego y cómo se buscan la una a la otra tratándose de otra manera… Al ver (poco a poco) el resultado de un buen trabajo en equipo, nos sentimos bien por haber escogido este camino.

Eso sí, no oculto ni ocultaré nunca que mis ganas de soltar el cachete, la voz, las órdenes cortantes, el deseo de que cese un llanto… esas cosas siguen en mi cabeza, en nuestras cabezas empujando fuerte. Pero cuando aprendes a decir las cosas de otra manera, eliminas los «¡cuidado!», los «un segundo», cuando te acostumbras a agacharte cada vez que tienes que poner un límite, cada vez es una menos para llegar a nuestra meta.

Y nosotros andamos buscando la manera de encontrar nuestro sitio en todo este cambio, porque el cansancio está ahí y pasar del botellín al sueño profundo no mantiene una pareja. Pero en estas andamos, trabajando en equipo.

Por mi parte mi vía de escape sigue siendo el grupo y los ensayos. Nuestro primer concierto es el día 13, a ver qué tal sale. Y por parte de Papi son sus carreras y entrenos. Porque si algo es cierto es que el tiempo para ti es tan esencial como el comer y el dormir. Relajar y coger pilas para seguir aprendiendo a acompañar.

¡Feliz semana! 🙂 Besitos

Acompañando: El llanto, esa excreción

llanto

El curso que os comenté en el post anterior dio para mucho y esta es una de esas revelaciones. No os llevéis las manos a la cabeza, que expongo ahora mismo: La excreción es un proceso por el cual el cuerpo  elimina sustancias nocivas para el organismo, toxinas y deshechos.

A ver si consigo explicarlo de manera sencilla. Hay dos tipos de lágrimas: Las humectantes, que son las antibacterianas que utiliza el organismo para mantener el ojo húmedo y evitar infecciones y las que expulsan toxinas. Las lágrimas emocionales.

Ahora llega el turno de las hormonas. El cerebro se compone por tres cerebros (reptiliano, límbico y neocórtex). El más primario es el cerebro reptiliano, y que se encarga de la parte más instintiva: La supervivencia. Ante situaciones de pánico, tristeza, estrés. Reptiliano (vamos a apodarle) se pone en marcha y hace que se segreguen hormonas de alerta (adrenalina, cortisol…).

En respuesta y para que no te de un paro cardiaco, porque claro, estas hormonas en ciertos niveles resultan tóxicas hay uno que contrarrestará esos efectos. Ese es el Cerebro Límbico, el emocional, el empático, el que se encarga de mediar en las emociones y el que te motiva cuando estás de bajona. Limbi mola.

Es el dibujo más cutre de un cerebro que podéis encontrar en internet, pero espero que os sirva para entender dónde está cada cosa :)
Es el dibujo más cutre de un cerebro que podéis encontrar en internet, pero espero que os sirva para entender dónde está cada cosa 🙂

Este salao genera una respuesta a las hormonas de supervivencia y son las hormonas enrolladas y que hacen que vivas un mini-woodstock interior. Libera hormonas del placer para contrarrestar los efectos de las estresantes. Vamos, igual, igual que si te fumas un porro o te dan un calmante. Por eso lloras de tristeza o alegría, porque las emociones fuertes vienen acompañadas por esas sustancias que se vuelven tóxicas.

El llanto es lo que permite que todas esas toxinas placenteras y alterantes salgan de nuestro organismo. Por eso llorar es lo más sano del mundo. Y, como decía Helena en el curso (pero expresado con mis palabras), ¡manda cojones que todos recibamos el mismo mensaje desde pequeños! «No llores». En la vida he escuchado yo a una madre decirle a un niño: ¡Cómo te cagues voy y te doy una razón para cagar de verdad!

Llorar es igual que sudar, hacer pis o caca. Es necesario.

Ahora bien. A las criaturas recién llegadas a este mundo, que todavía están regulando, no es necesario exponerlas a situación de estrés para que se acostumbren (ya hablaremos de exogestación). Y Hablo de dejarles solos, llorando en su habitación. Eso es exponerles a una situación de pánico (y yo lo hice, quiero decir, ningún padre enfrenta a su hijo a situaciones que sabe que son dañinas para él, no juzgo). Pueden llorar por muchos motivos y ese llanto hay que acompañarlo.

Y por eso se quedan «tan suaves» tras un cachete, porque lloran y liberan toxinas. Conste que de ninguna manera defiendo esta acción, pero viene a colación de un debate con mi madre: «es como cuando una señora está histérica»… No necesita una hostia, lo que necesita esa mujer es llorar. Mamá. 😉

El llanto hay que acompañarlo. Un bebé necesita llorar con su mami o su papá, es bueno, es saludable, un poco molesto, pero si eres consciente de lo que supone para el organismo de tu hijo, dejarás de intentar parar su llanto y serás capaz de ver que eso es lo que necesita y tu tienes la gran fortuna de estar a su lado. En este punto podemos repasar nuestros automáticos y pensar en cuántas veces nos han acompañado en el llanto cuando éramos pequeños. Ahora ya sabes por qué te molesta tanto ese ruido que emite tu hijo.

Y aquí viene mi reflexión. Si tu (este tu que yo utilizo, lo utilizo también para mi y no juzga, es una reflexión) dejas que tu hijo se «acostumbre» a no tener brazos, a dormir solo, a no llorar cuando se cae, cuando está triste, cuando no consigue algo, cuando se aburre… en general bloqueas constantemente ese medio de liberar; lo que estás haciendo es que acumule una serie de toxinas, que se acostumbre a esas situaciones en las que su cuerpo genera opiáceos. Luego viene la adolescencia, una etapa dura para cualquier ser humano, les hemos acostumbrado a la contención y sin embargo desplegamos un enorme cartel de NO A LAS DROGAS. Y resulta que sin saberlo, nosotros promovemos su consumo cada día de su vida bloqueando el llanto.

Y ahora, estoy abierta al aluvión de críticas. 😉 Por cierto, a raíz de la interiorización  de esto, Vera ya no utiliza chupete, he decidido eliminar el tapón que le impedía soltar todo lo que necesitaba. Ahora tengo los brazos abiertos día y noche para llorar con ella si hace falta. 🙂 La necesidad de llorar acompañados lo podemos ver en niños muy nerviosos, agresivos, «pesados», con problemas para conciliar el sueño, con hambre constante, dolor de tripa…

Si tienes un niño «llorón», alégrate, tienes un niño muy sano. 😉 Espero que disfrutéis del fin de semana. Besitos 🙂

Nota: William Frey es un doctor que ha realizado un estudio químico del compuesto de las lágrimas y las consecuencias del estrés que produce no liberar esas toxinas. He encontrado esta página por si os queréis seguir informando: Aquí

Acompañando: Mis automáticos.

portada automáticos

¡Hola! «A ver con qué tema nuevo nos va a dar la brasa esta rara mujer». Estaréis pensando. No os quepa la menor duda, os voy a dar la brasa. En nuestro camino de buscar una educación más respetuosa, nos hemos cruzado con la Asociación Apita. Este finde pasado asistimos al curso «Acompañando al ser». Y digo asistimos porque estoy metiendo a Marido, también conocido como Calvosepsi, en todos los fregaos que puedo, porque está visto que ni a mi me gusta hacer resúmenes, ni él interiorizaba la información que yo le daba.

Total, nos pasamos el domingo rodeados de esa gente rara que, como nosotros, busca formarse para tener más herramientas como padres o acompañantes en esta educación que hemos elegido (ojo cuidao, que no desdeño la que elijan los demás). Voy a dividir en varios post todas las reflexiones que tengo a colación de estas formaciones y he elegido «mis automáticos» para empezar. Los resortes que me hacen cabrearme, esas cosas en las que tengo la mecha más bien corta.

Y en vez de hacer auto crítica, que ya está bien de juzgarnos e irnos enterrando nuestro ser en juicios inútiles, voy a autoreflexionar. Preguntarme qué es lo que me pasó a mi de pequeña en esa situación, qué es lo que me impide disfrutar de esa sensación e intentar superar esas pequeñas fobias que me llenan de agobios con mis pequeñas guerreras.

Una de las cosas que me suelen hacer pegar una voz, suele ser que me digan mamá 1.283.782.742.375.602.385 veces mientras hablo con alguien. De dónde viene ese automático. De que efectivamente, yo lo hacía de pequeña y mi madre aguantaba miles y miles de «mamaa» antes de pararme o contestarme. ¿Cómo lo afronto? Respondiendo al primer mamá con toda la calma y el amor del mundo con una descripción: Nora, ahora estoy hablando por teléfono, cuando deje de hablar por teléfono te atiendo. Y esto siendo consciente de que esa llamada no se puede alargar demasiado. ¡Hostia! ¡Funciona!

Otro automático mío salta cuando Vera mete las manos en el yogur. Una necesidad básica de ella y su edad es meter las manos en las cosas cremosas, experimentar con texturas. Llámalo purés, yogur, salsas, cremas, jabones, el caso es que tenga como característica la untuosidad y la capacidad de ensuciar todo mucho.

De verdad es una necesidad fisiológica suya, está en la etapa de untarse yogur en el pelo, la camiseta, la mesa, el suelo, mi brazo… y yo, que fui niña de cuchara, que me rebañaron las papillas de la cara y que recibí el mensaje mil veces de «con las manos no se come», a mi padre le ponía malo, tengo un automático que salta cuando veo la manita de vera introducirse en un yogur. Esto es así y no puedo con ello, aunque llego a ser más tolerante que Marido. Lo estoy trabajando.

Así que he decidido adaptar la terraza para que ellas puedan experimentar sin que a mi me de un tabardo. Para no acabar gritando después de morderme las uñas hasta la cutícula. Algo genial fue prepararles en la bañera un barreño (flotante) con una mezcla de jabón y suavizante. Perfecto para cubrir parte de esa necesidad sin morir de asco. Eso sí, tengo pendiente comprar un ule, seis yogures y dejar que pase lo que tiene que pasar. Yo respiraré hondo mientras acompañe la catarsis.

terrazacoll2

Mientras tanto, sigo analizando mis automáticos y sus porqués para que ellas sigan cubriendo todas esas necesidades que yo, por lo que sea, no cubro o paro. Y tú, ¿Has pensado en cuáles son? ¿Cuáles son esas cosas que no soportas que hagan tus hijos y el por qué? Lanzo la pregunta por poner un punto de inicio en esa autorreflexión que tanto puede ayudarnos a mejorar.

libreterraza

Sé que este tipo de post son un poco putada y un poquito aburridos, pero a mi me sirven para darme cuenta de qué es lo que necesitamos nosotros, como padres. Analizar qué queremos cambiar para que las pitufas puedan cubrir esas necesidades que surgen como parte de su crecimiento como personas. Por nada del mundo quiero ser un freno a su curiosidad.

Que tengáis una semana genial. Besitos 🙂

Guía urgente del padre primerizo

GUDPP portada

Hállome aquí, después de una semana de locos, para comentar, reseñar o hablar un poco de la «Guía urgente del padre primerizo« escrita por Rafa Esteve, autor del blog Memorias de un padre primerizo . Boolino Books me ha dado la oportunidad y aquí voy (quede claro que no he cobrado nada por esto y es mi opinión libre y sincera 😉 ).

Este es el segundo libro exclusivamente para papis que leo, el primero ni lo menciono porque me pareció absolutamente inútil, pero este es otra cosa. Ya empiezo diciendo que para mi es muy recomendable por ser muy sincero, porque afronta de una manera muy abierta y divertida las sombras a las que se enfrenta un papá primerizo, que tampoco es un camino de rosas.

Hay una cosa en la que discrepo, con el permiso del señor Esteve y con todo el respeto del mundo: Nunca dejes que tus hijos duerman en tu cama. El motivo es bueno: para mantener la intimidad. Para mi el enfoque (recalco el «para mi») es erróneo, la intimidad se pierde por perder los besos y las caricias espontáneas al cruzarse por el pasillo, perder ese beso en la nuca cuando se está cocinando o el no darse la mano cuando vas por la calle y el resquemor que surge entre ambos progenitores en cuanto al enfoque de crianza.

Para mi el colecho (si es posible practicarlo), a parte de poder descansar en condiciones, es una oportunidad de redescubrir las posibilidades que te brinda el sofá, la ducha, la cocina o, si necesitas una cama, la habitación de invitados, ¡viva la imaginación!

Creo que la cama se idolatra demasiado. Y otro punto es el planteamiento «salidas al campo», para nosotros la solución fue cambiar el modo ruta «desafío extremo» por estancia sin objetivos en una zona montañosa, camping, etc, con el único fin de que las nenas se rebocen como croquetas en barro, agua, hojas o lo que quieran. Si se intentan hacer las cosas como antes… te vas a casa hecho puré.

Por lo demás creo que es fantástico que un papá pueda leer la experiencia de otro hombre con los verdaderos sentimientos con los que se vive: el agobio, la responsabilidad, los tocapelotas, los consejos ajenos, los anhelos, los tipos de cacas (ostrás, cosa más desagradable y más verídica la evolución de las cacas y sus comparaciónes culinaria… humus… jajajajaja), las suegras (que no son cosa exclusiva de las mamás), los amigos, las salidas…

GUDPP collage

Pienso que el lector masculino va a encontrar una buena manera de sentirse acompañado en el arduo trabajo que es convertirse en padre, el «burn out» que puede suponerle y quitarse complejos a la hora de pedir ayuda, todos deberíamos liberarnos de la culpa a la hora de hacerlo, la crianza sería mucho más fácil con una tribu. Y para la parte femenina de la pareja también está muy bien para entender su punto de vista. Porque, a no ser que sea un hombre con una gran capacidad de comunicar emociones y necesidades, tienes la sensación de que tu compañero es un cyborg sin sentimientos, soesasí.

En resumen, «Guía urgente del padre primerizo» es un buen regalo para hacer a un papá en potencia o a uno que ya se haya estrenado como tal, metido de lleno en ese disimulo de vivir el momento más feliz de su vida posando al lado de la suegra con una sonrisa de Gato Chesire. Se lee rápido, es ameno y creo que puede ser muy útil emocionalmente para los nuevos papis. Me ha gustado. 🙂

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Sin más os deseo una semana maravillosa. 🙂 Besitos 🙂

 Si lo queréis comprar a través de Boolino: Aquí

Una mano entera…Felicidades mi amor

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Cinco años de maternidad, ahí es nada. Cinco años celebrando tu llegada. Cinco años madurando y creciendo juntas. Descubriendo un amor que todo lo puede. Cinco años de ojeras, hiperventilaciones y risas descontroladas. Cinco años con tus ocurrencias, frases, dichos y palabros divertidos. Cinco años viéndote desarrollar esa personalidad que apuntaba maneras desde la tripa. Cinco años sin separarnos, intentando comprender esa característica tuya tan fuerte. Cinco años de selfies con mamá 😉 .

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Para ti:

A vueltas con las sombras he llegado al punto de reconocer que todas las necesidades de mi niña herida salieron a la luz en tu embarazo, Nora. Durante tu embarazo, aunque me sentía muy conectada a ti, me sentí tremendamente sola durante todo el proceso. Me sentí sola y rota durante el parto y el postparto y el puerperio fueron de una soledad absouta. Sola contigo, éramos una.

 Y siento que es esta sensación la que provocó esa necesidad de presencia que demandas a todas horas, porque contigo me sano y siento que es en el momento en el que yo disfruto de este proceso de acompañarte, ese momento en el que estoy presente 100% en tu vida, ese momento es cuando sano.

 Sano cuando dormimos juntos todos en la cama, sano cuando te escucho, sano cuando cantas y bailas y estoy presente, sano cuando me abrazas para absorber mi abrazo. Y tu, a pesar de sentirte extenuante, estás haciendo un trabajo conmigo como nadie lo ha hecho. Cuando soy consciente, más allá del cansancio, de lo que supones para mi, me abro en canal y lloro ríos de soledad, de necesidad, de comprensión, de amor, de empatía. Pusiste algo en mí cuando estuviste dentro que me deja sentir a las personas. Me deja sentirte a ti.

 Nora, me haces cada día, me exiges, me pides, me gritas, me demandas, me cuentas, me confiesas y te compartes conmigo. Y yo contigo. Y en ese punto de encuentro…convergemos en la felicidad.

 Deidad de mi, soy gracias a ti.

Felices cinco años mi niña, nos ha costado una mano entera, pero hemos llegado 😉 Y de aquí al resto de la vida y el camino que nos toque andar la una al lado de la otra.

Una boda flash, la ropa y yo

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Si ya me cuesta encontrar modeliki completo u outfit para una boda… imagina que te dicen: oye, que me caso en un mes 🙂 . Soy muy difícil para la ropa, ¡mucho! Me gusta la moda, pero soy muy rara para vestir. No sé si «me se entiende». Suelo empezar por los zapatos, me chiflan los zapatos y si me enamoro de unos no hay vuelta atrás. Pero tiene que ser amor, así no me paso. No compro por comprar jamás, me aburre y me agobia, pero donde dije digo, digo Diego. Partí de esto:

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En un principio pensé en un vestido estampado, pero no recargado. Largo, pero no pomposo. Quería un vestido que fuese bien con mi chupa de plástico (diría de cuero, pero no). Pero no había forma humana de encontrarlo. Así que después de mirar mil vestidos me compré por internet uno de mint&berries, me encanta la ropa que tiene. Y lo completé con un bolso de Klimt, un abrigo de Morgan de Toi y unas medias de liga con topitos negros (que no son las de la foto)…

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Pero en estas empieza a mejorar el tiempo, mucho. Y yo pensando en que voy a oler a sobaca en la boda. Y siguen subiendo las temperaturas… y yo viendo que aquello no va a pegar con el día D. Tres días antes de la boda encuentro exactamente el vestido que me había imaginado… Y ya planto la duda.

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Compré una hortensia conservada azul… por si me la ponía en el pelo, le cogí una chaqueta a mi madre en un beige dorado…Y al final cambié el bolso por uno de rafia azul media hora antes de la boda, bastante más acorde con el tiempo que hizo ¡menudo calor! Tenemos la suerte de contar con una amiga que hace maravillas con el pelo en 10 minutos, así que nos dejó a todas genial.

Pelo boda

Y no puedo salir peor en las fotos, que este hombre que tengo por compañero tiene la manía de ponerme «pafuera» y acabo saliendo con un brazo-muslo terrible, además de arremangada. Un drama.

En la primera con Sara, del trío lalala. En la segunda con marido. Y en la tercera haciendo el cancelo como es propio de mi.
En la primera con Sara, del trío lalala. En la segunda con marido. Y en la tercera haciendo el cancelo como es propio de mi.

La verdad es que fue una boda preciosa, pequeñita y lloré como una magdalena, que yo soy muy de llorar cuando veo a la gente feliz. Me emociono, qué le voy a hacer. La novia… la novia iba guapísima y súper elegante y sencilla y el novio hecho un bombón con pajarita. Y no puedo hacer otra cosa que desearles una larga vida juntos llena del respeto y amor que se tienen.

collage boda

 

Qué bonito es el amor y qué bien me lo pasé. 🙂 ¡Que disfrutéis del finde! 🙂 Besitos.

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